Todo siempre es nuevo

La creación de Di-s es un juego de ilusión. De inicio parece que se conduce de forma automática, por medios naturales. A la vista todo lo creado nos parece familiar, pues lo vemos día a día, no percibimos novedad en ello. Mismo cielo, misma tierra, mismo aire, mismos cuerpos. Como si viviéramos dentro de la película “Ground Hog Day” en dónde Bill Murray vive la pesadilla que se repite el mismo día toda la vida, sin poder salir de él.

Nada de esto es verdad, sino todo lo opuesto. Hashem no creó en tiempo pasado un mundo (en realidad varios mundos, más de los que se pueden contar) si no que está creando el mundo constantemente de forma presente. Este creación continua comenzó al inicio y nunca ha cesado. Todo lo que hay en existencia, incluyendo a nosotros mismos, es renovado a cada instante, así es como lo decimos en la tefila todos los días.

La verdad es que la creación en esencia es novedad. Hashem la renueva cada instante, haciendo así que cada momento sea totalmente original y distinto al  anterior, completamente auténtico y diferente del siguiente. Cada criatura está siendo creada y recreada de forma total, nada es natural y repetido, nada es viejo y conocido.

La razón por la cuál no percibimos esta verdad que casuaría frescura y asombro constante, es porque no tenemos la llave que abre la percepción física limitada de la realidad material, no penetramos (o no sabemos cómo hacerlo) en el proceso de cómo Di-s crea el mundo. La llave que abre la puerta de la conciencia y despierta a la verdadera visión, se llama mojin – intelecto – mejor traducido: conciencia divina. Los mojin son las revelaciones Divinas entregadas al ser humano, en dónde se reconoce que la expresión Divina en su creación siempre es novedosa.

Sin mojin solo tenemos acceso a los 5 sentidos físicos, que ocultan esta verdad. Y con mojin, se comienza a percibir que la creación es Di-s mismo, y el conocimiento de Di-s siempre es nuevo, totalmente original, renovación constante.

Hashem nos da acceso a esta conciencia, pues otorga los mojin del día a cada uno de nosotros, los cuales son recibidos por medio de los Tefilin de la mañana (que están por encima de nuestras cabezas), y nos permiten que se penetren en nuestra mente, influyendo en el corazón.Todo esto colabora para que haya entendimiento, integración y expansión del mundo emocional. Estos mojin son también recibidos por el estudio diario de la Toráh de Hashem, que contiene, y es en esencia, Su propia voluntad.

Cuando hay intención, atención, y conciencia en la mañana al recibir estos mojin, por medio de los Tefilím y la Toráh, la percepción de la realidad, tanto en relaciones personales, como en la observación de lo creado, es renovado y causa esta experiencia de fascinación, de sorpresa y de reconocimiento de Hashem.

Inspirado en el Zohar

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