Kavanah es una realidad que contiene el secreto de la vida, literal. El ser humano es Kavanah, dice el Talmud. El Baal Shem Tov dice que Kavanah es sinónimo de Neshama, nuestra alma. El Ari nos enseña que la vida es la capacidad de comprender lo Divino, en su lenguaje le llama Mojin, conciencia de Di-s, el medio de adquisición de estas Luces es por medio de la Kavanah. Esta experiencia de conciencia puede y debe trascender los sentidos básicos que usamos para operar de forma natural y básica en el mundo, despierta percepciones reales que no se ven con ojos físicos y están disponibles solo en las facultades del alma.
Kavanah es la esencia del ser humano, y la percibimos en nuestros días como el sentimiento de amor a la vida, de asombro y constante renovación. Es sinónimo de nuestra capacidad de experimentar el momento presente, es nuestra habilidad de concentración, de unir y dirigir nuestro deseo, pensamiento, palabra y acción a una cosa a la vez. Es lo contrario a estar disperso y confundido, a estar distraídos constantemente. En Kavanah nuestras facultades mentales, emocionales y de expresión están en armonía con Di-s. Kavanah es nuestra habilidad meditativa, nuestro talento de conducir según nuestra voluntad los pensamientos de la mente, de elegir e infundir al corazón con las emociones que deseamos. Es el hábito de contemplar, principalmente en la presencia e infinidad de Di-s. Todo lo mencionado es meditación, y cuando la intención meditativa tiene la intención de conocer y sentir la presencia del Creador del Universo, entonces es llamada Kavanah, el poder que hace único al ser humano.
La revelación de Di-s que ocurre principalmente en la Tefila, es precedida por el despertamiento de la Kavanah, el sentimiento en el corazón de que Di-s está enfrente de nosotros. Por eso mismo Maimonides dice que la Tefila sin Kavanah es como un cuerpo sin alma. La Kavanah ilumina y despierta el alma judía. Es el deseo Divino que Lo conozcamos, y es por medio de la atención a su presencia que se revela. Esta conciencia Divina influencia intensamente en nuestro cerebro, corazón y demás miembros del cuerpo una relajación y serenidad profunda. Se transforma en pensamientos positivos y paz mental, en emociones de amor y seguridad, en mucha paciencia en nuestro hacer del día a día, pues es en realidad la manifestación de Di-s dentro de nosotros.
Kavanah es nuestra Emunah, y los niveles de Emunah son infinitos. Esta vida dirigida por una elección de conciencia, en contemplación y atención, con dirección y meditación logra expander la percepción de nuestros sentidos físicos, despierta la cualidad de humildad en nuestro ser, teniendo enfrente de forma constante la presencia de Di-s, también purifica nuestro cuerpo y alma, transforma lo que decimos, pensamos y hacemos. En ella descubrimos el placer inmenso que existe en las dimensiones internas de nuestra alma. Las elevaciones que se pueden alcanzar con Kavanah son más de las que se pueden contar, el desarrollo de la imaginación creativa no tiene fin, lo principal es saber que esta realidad esta disponible, y es el objetivo de nuestra existencia.
